El empresario que dedica su esfuerzo, experiencia y conocimientos a hacer crecer su negocio, puede encontrarse en determinados momentos ante la conveniencia de dar un giro estratégico a su compañía que implique una transacción corporativa. Aunque son muchas las circunstancias que se presentan, algunas más habituales serían:
- Proceso de sucesión: El cambio generacional es un momento crítico en la vida de una empresa familiar. No siempre está clara la sucesión, frecuentemente porque toda o parte de la siguiente generación tiene otro rumbo profesional. Una posible solución para facilitar la continuidad de la empresa, y al tiempo cuidar los intereses de los distintos miembros de la familia, es llevar a cabo algún tipo de transacción corporativa.
- Necesidad de crecer: la evolución de muchas actividades exige alcanzar una masa crítica mínima para poder competir. El crecimiento “orgánico”, basado en el aumento de la propia actividad, puede ser demasiado lento para seguir el ritmo del mercado. Una buena solución es la adquisición de una empresa del sector.
- “Hacer caja”: Después de un tiempo haciendo crecer un negocio, el empresario puede considerar que es el momento de retirarse o cambiar de actividad, y recoger los frutos del esfuerzo, vendiendo la compañía.
A estas y otras circunstancias se enfrenta un empresario, independientemente del tamaño de su empresa. Comprar o vender bien una sociedad o un negocio ni es sencillo, ni se improvisa, y en buena parte la complejidad del proceso no depende del volumen de la compañía.
Contando solo con el equipo propio es muy difícil afrontar una transacción corporativa. Es verdad que nadie conoce un negocio como los que lo desarrollan, pero ello no implica tener la experiencia y conocimientos necesarios para preparar una sociedad para su venta o saber analizar otra para su compra. Y las motivaciones de la propiedad no siempre coinciden totalmente con las de su equipo al enfrentar esta situación.
¿Por qué trabajamos para el empresario mediano y pequeño?
- Somos un equipo especializado y con amplia experiencia en transacciones corporativas en diversos sectores y tamaños.
- Nuestra relación es cercana. Escuchamos todos los detalles y explicamos todos los procesos.
- Sabemos trabajar “desde dentro”. Conocemos bien las dificultades operativas y emocionales que implican las transacciones.
- Cubrimos el hueco de los grandes asesores, que frecuentemente no pueden llevar a cabo transacciones por debajo de cierto volumen.
- No nos limitamos a buscar y poner en contacto a las partes. Preparamos a fondo la transacción.